Cuentos para escuchar

Los cuentos han sido, junto a las conversaciones, los juegos y las canciones, el divertimento de las personas a lo largo de miles de años. Tras largas jornadas se reunían para escuchar historias reales o de invención.

Durante la mayor parte de nuestra existencia como especie era el único sistema para recordar hechos o experiencias que, de otra manera, caían irremediablemente en el olvido.

Un sistema que permite entretenimiento, información, conocimiento y, sobre todo, socialización.

Os presentamos humildemente nuestros ejemplos para escuchar. Ejemplos, todo sea dicho, muy "familiares". En este caso: cuentos de miedo.

Cuentos para leer

Cuando las personas llevaban miles de años narrando historias apareció la escritura. Con la escritura las historias pudieron asirse a algo que no fuera la sola memoria de las personas.

La escritura nos sirvió, nos sirve y servirá para aquello que sirvió, sirve y servirá la narración oral: el disfrute, la información y el conocimiento, pero introducía algo especial: la lectura en solitario.

Con la lectura podemos entrar en relación con las historias, los pensamientos, las experiencias, con las emociones de personas que escribieron hace miles de años.

La cultura, al atender a lo escrito por personas de diferentes épocas por medio de múltiples lectores, se hace acumulativa. Es decir, aprendemos de todos los que nos antecedieron.

Cuentos para ver

Y llegamos a los cuentos para ver. Los cuentos que narran una historia mediante las ilustraciones y con el apoyo, o no, de texto.

Nosotros os acercamos nuestros cuentos ilustrados. Creaciones originales de mi familia en cuanto a texto y dibujos. No creo que encontréis ninguno terminado por lo que notábamos: "...los que tenéis hijos lo entenderéis...".

Los creadores son siempre Henar y Santi, ya sea porque son totalmente suyos, porque sobre una idea suya lo hemos desarrollado conjuntamente, o porque simplemente nos inspiraron.

Que lo disfrutéis.